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Renovarse o morir

“Además, ¿a quién se le ocurriría remendar una prenda vieja con tela nueva? Pues el remiendo nuevo encogería y se desprendería de la tela vieja, la cual dejaría una rotura aun mayor que la anterior. Y nadie pone vino en curos viejos. Pues el vino reventaría los cueros, y tanto el vino como los cueros se echarían a perder. El vino nuevo necesita cueros nuevos.”

-Marcos 2:22, 23 NTV

   Un vestido viejo por uso y lavado se había contraído, también se desgastó; entonces cuando fue necesario ser remendado se le añadió un pedazo de tejido igual de viejo. El remiendo nuevo al contraerse rasgaba las raídas vestiduras viejas. De la misma manera el odre al que se refiere la parábola de Jesús era una bolsa echa de cuero, usualmente de cabra y en tiempos bíblicos se usaban especialmente para contener líquidos; una vez curtido se aplicaba una costura alrededor del cuero dejando solamente un orificio en la parte del cuello por donde era vertido el líquido para su preservación. El vino nuevo o recién hecho se vertía en el odre para que reposara, conforme el vino se iba fermentando la bolsa de cuero se estiraba debido a la emisión del gas del contenido. Cuando el odre era viejo y debido al mucho uso; perdía su elasticidad, entonces se ponía muy duro. Si a este odre tan endurecido que ya había rendido lo suficiente al punto de no estirar más, se le ponía vino nuevo; el resultado era que al fermentar el vino se reventaba el odre, perdiéndose así tanto el odre como el vino. Por lo tanto los odres viejos sólo podían utilizarse para guardar vino viejo, así como el vino nuevo estaba reservado para guardarse en odres nuevos.

Surgen dos preguntas básicas y elementales:

  1. ¿Qué es lo que Jesús les quiso enseñar a los oyentes de su tiempo en esta parábola?
  2. ¿Qué es lo que Jesús a través de su palabra nos enseña hoy?

Todos los lectores y estudiosos de la biblia sabemos que Jesús en su estancia sobre la tierra tuvo que enfrentar duramente a todos aquellos que se consideraban líderes religiosos y espirituales; ya fueran: Fariseos, saduceos, etc. Porque en gran parte habían convertido sus tradiciones en leyes, olvidando la esencia de la ley de Dios y en consecuencia difícilmente estaban preparados para recibir; y entender lo que frente a ellos estaba sucediendo a través Jesús, por eso:

A lo suyo vino pero los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, le dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, si no de Dios.

Juan 1:11-13 RV60

La gran mayoría de estos líderes espirituales en los tiempos de Jesús; no lograron percibir, mucho menos recibir; ni pudieron entender para lo que había sido enviado. Necesitaban tener odres nuevos para verter vino nuevo en ellos, pero por sus tradiciones se habían alejado de Dios.

De esta manera nos sucede a nosotros en la actualidad, en vísperas de la venida de Jesús. Los cristianos de hoy en día nos ha tocado vivir grandes cambios en el mundo actual. Todo cambia tan rápido que apenas nos estamos habituando o familiarizando a las demandas actuales de una sociedad moderna. Un ejemplo lo podemos ver en el uso de un teléfono móvil y sus constantes actualizaciones; cuando apenas está en el mercado uno, la competencia se prepara para lanzar otro más moderno. De la misma manera sucede con el uso y funciones de las redes sociales: Facebook, Twitter, Instagram, Whatsapp, etc. Esto nos obliga a todos a tener que adquirir un nuevo equipo con los aditamentos adecuados y necesarios para no quedar rezagados o fuera del contexto de la comunicación actual.

Esto nos invita a estar velando como nos enseña Jesús en su palabra. Pero sobre todo a poder vivir atento para estar acorde a estos cambios invariables, sin comprometer la esencia de las verdades eternas. Debemos saber utilizar estos cambios como herramientas útiles para seguir propagando el evangelio y alcanzar de esta manera a los perdidos. Pero sobre todo estar consciente que el enemigo ya utiliza estos medios para propagar pornografía, relaciones ilícitas, malas conversaciones, etc. Que si nosotros los cristianos no los utilizamos, el enemigo ya los está utilizando. Necesitamos RENOVARNOS O MORIR. Renovar no nada más nuestro interior cada día; si no estar atentos a renovar lo necesario con estas nuevas herramientas para llevar a cabo lo que Jesús nos encargó de una manera urgente:

Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amen.

Mateo 28:19-20

Apoyo/fuentes: Biblia RV1960, NBL, NTV.

Ayudas: Casa de la palabra; Comentarios Mateo Henry.

Cesia Torres, Mildred Sugey Salas Rodriguez y Oscar Daniel Baca Rodríguez.

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